Ya no es sorpresa encontrar en las noticias la mención del origen nacional de las personas en los medios de comunicación, especialmente cuando han sido detenidas, investigadas, condenadas o se presume que han tenido un comportamiento entendido como inadecuado. La inclusión de dichos datos forma parte del racismo normalizado que, no por ello, dejaremos de denunciar; de hecho, cada vez que ocurre y lo detectamos nos ponemos en contacto con el medio en cuestión para señalarle la discriminación en la que incurren.

La respuesta de los medios de comunicación ante nuestro apercibimiento es siempre la misma: silencio. Silencio desde la falta absoluta de reconocimiento del daño, silencio del que ignora y desea seguir ignorando o desde el que discrimina y quiere seguir discriminando.

En los últimos días no han cesado de publicarse noticias en las que además del origen nacional, se introducen datos sobre la situación socioeconómica y jurídica de personas detenidas por la policía, resaltándolo además con otra tipografía, para mostrar que esa información es relevante. Parece ser que resulta importante saber dónde duermen, dónde comen o cómo les atraviesa el racismo institucional, mejor dicho, si tiene o no los papeles en regla. Parece ser que los hechos sucedidos tienen mayor o menor gravedad dependiendo de dónde sean o cual sea su condición social o jurídica.

Nos gustaría saber por qué piensan que estos datos tienen relevancia y qué es lo que quieren transmitir, qué se decide publicar y qué no, quién es representado y de qué manera, más allá de dar a conocer los hechos noticiosos. Sinceramente queremos saber cuál es su intención, porque la consecuencia de ello la tenemos clara: alimentar prejuicios y estereotipos ya existentes, perpetuar un imaginario colectivo en el que se vincule la comisión de delitos o un comportamiento inadecuado a determinados orígenes o condiciones. En resumen, reforzar la brecha social existente y dinamitar la convivencia, generando determinados perfiles peligrosos y rechazables, es decir: generar odio social y justificar con este odio las represiones y vulneraciones de derechos posteriores.

En principio los medios de comunicación tienen la obligación ética de adscribirse al principio general 7 del código deontológico de la Federación de Periodistas de España (FAPE) que señala, deben abstenerse de aludir “de modo despectivo o con prejuicios a la raza, color, religión, origen social o sexo de una persona (…) Debe también abstenerse de publicar tales datos, salvo que guarden relación directa con la información publicada.”

Además, recientemente se ha publicado la Guía de Comunicación Migraciones y Diversidad, de la que nos gustaría destacar la recomendación 10 (págs. 25 y 26), en la que se señala: (…) La información sobre el grupo étnico, el color de la piel, el país de origen y en, la religión o la cultura de una persona habitualmente no es ni necesario ni relevante. Y el uso de estas descripciones con una finalidad tendenciosa, xenófoba o racista debe ser denunciado y rehusado por todos los medios de comunicación. Tampoco es admisible la identificación de personas de un origen concreto con determinada actividad ilegal o delictiva, puesto que puede ser considerada como un atributo o característica del grupo en cuestión. La tendencia a atribuir clichés de origen nacional a las personas disminuirá en función de la calidad de las informaciones (…)

Entendemos que las instituciones comprometidas con la elaboración de esta guía tienen la responsabilidad de estar igualmente comprometidas con su cumplimiento, por lo que deben implementar medidas para su debido cumplimiento. Realizar protocolos oficiales e ignorarlos significa ser cómplices, en este caso, de la difusión de informaciones y discursos racistas y xenófobos. Es tan discriminador quien promueve y actúa de manera discriminatoria como quien   lo difunde y solapa. 

En este sentido, reconocemos el papel fundamental que juegan los medios de comunicación a la hora de generar estados de opinión, por lo que tienen el deber de hacer un uso responsable de la información y abstenerse de contribuir a la generación de discursos de odio.

Desde nuestra Asociación mantendremos una crítica y denuncia permanente contra los medios de comunicación que difunden discursos criminalizantes sobre personas y/o comunidades racializadas. Por ello llamamos a la sociedad a mantener una distancia sobre estas discriminaciones raciales y xenófobas instaladas desde la normalidad.

SOS Racismo Navarra / SOS Arrazakeria Nafarroa